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Fatal coincidencia entre unos árboles con Madero y Pino Suárez

Quien fuera el que donó a México el espacio que ahora conocemos como los Viveros de Coyoacán, el Ing. Miguel Ángel de Quevedo, escribió un libro llamado "Relatos de mi vida", y describe como fue la ocasión en que se sembrarían unos árboles en Texcoco que él llevó de Coyoacán:

"Desde el principio del nuevo gobierno del Presidente Don Francisco I. Madero, fue muy entusiasta el apoyo que él mismo como buen ranchero me prestó en mi campaña forestal y con su ayuda continué las plantaciones en el Lago de Texcoco que le interesaron mucho al grado de que en la reunión a que citó a los diversos gobernadores de los Estados para fijar los lineamientos de su política, me indicó que la primera junta se celebraría en el lugar del lago que yo señalara para que él mismo, así como el Vicepresidente Pino Suárez y los gobernadores, plantaran cada uno un árbol de los que yo enviara, como lo hice, del Vivero de Coyoacán... como presagio de desgracia, de todos los árboles que plantamos en esa ocasión, en cuya etiqueta se escribió el nombre de cada plantador, solo los árboles plantados por el Señor Presidente Madero y el Vicepresidente Sr. Pino Suárez se secaron, a pesar de que recibieron los mismos cuidados que los demás que prosperaron y se conservan en buen desarrollo.
Poco tiempo después fueron asesinados el mismo Presidente y el Vicepresidente".
Macabra coincidencia entre árboles, las palabras Madero, Pino, y su muerte conjunta.
Y siguiendo con terminos botánicos, el hombre que fue Secretario de Gobernación de Madero, llamado Jesús Flores Magón, fue desterrado por Huerta.