martes

Plaza de la Conchita (Muerte de Catalina Xuárez)


Varias fuentes documentales coinciden en que la Capilla de la Virgen de la Concepción y la Casa de la Malinche (Casa colorada) son de las construcciones más antiguas hechas por los europeos en nuestras tierras. Por ello, se puede concluir que la Plaza de la Conchita lo es también.

En el año de 1522, Hernán Cortés era ya desde el 15 de octubre, el Capitán General de la Nueva España.
Cortés se había casado en la Habana con Doña Catalina Xuárez.
Luego de que Cortés derrotara a Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, se instaló en Coyoacán y desde ahí revisaba el avance de la nueva edificación sobre la vieja Tenochtitlan. Un año después, su esposa vino a la Nueva España para estar a su lado.

Desde su llegada a estas tierras, Catalina fue poco a poco pasando peor su estancia, pues vivía escenas de celos, ofensas, y lloraba su desgracia.

Dicen las crónicas que el día 1 de diciembre de 1522, día de Todos Santos, hubo una celebración religiosa y luego una gran fiesta. El trato entre Cortés y su esposa fue esa noche en tono sarcástico, y haciendo lo que se llama una escena, ella abandonó la mesa ante la mirada de los demás participantes. Ella fue a lamentarse a la capilla en donde exclamó: "Quisiera morir".
En esa capilla estaba orando Fray Bartolomé de Olmedo, quien la escuchó.

Esa noche, mientras Cortés y Catalina compartían la alcoba, ella murió.

Sin muchos trámites el cuepro fue amortajado y metido en un ataúd, llevado a la iglesia y enterrado.

Salvador Novo apunta en su obra "Historia y Leyenda de Coyoacán" lo que encontró escrito en 1589:

"Muerta esta pobre señora, que gozó poco del estado de Marquesa, otro día la enterraron en el pueblo de Coyoacán, donde tienen los marqueses del Valle su capilla, cuyo es del dicho pueblo, y de las mejores del estado".

Novo expresa que: "Parece comprobado que Cortés, la noche de Todos Santos de 1522, añadió a sus glorias precursoras, con apretarle el pescuezo a doña catalina, al de erigirse en el primer autoviudo de la historia mexicana".

Hay que recordar que en tiempo de la Colonia, la usanza católica para enterramientos era estabelcer los panteones en el atrio de las iglesias.
Para el tiempo de la muerte que se relata, la Capilla de la Conchita, o incluso el área que ocupa el edificio actual, habría sido el sitio donde se enterró el cadáver de esta desventurada mujer.

El día 2 de noviembre, día de los Fieles difuntos, Catalina Xuárez estaba muerta.
En el magnífico mural "El encuentro" que la artista coyoacanense Aurora Reyes pintó en 1978 en el salón de Cabildos del Palacio municipal de Coyoacán, puede verse a Doña Catalina con semblante triste y agachada, apartada de Cortés y Doña Marina, la Malinche.
.
Resulta un poco macabro que a un lado de dicha plaza, se haya colocado una escultura que muestra a una persona arropada en un gran manto, casi amortajada, con los brazos cruzados, de tan oscuro color, y que además, lamentablemente, se hayan robado la placa que identificaba la pieza como obra de arte, pues ahora queda como una espectral figura que resguarda el sitio en donde alguna vez fue enterrada una mujer, la Marquesa del Valle de Oaxaca, doña Catalina Xuárez.